La actualidad nos ha traído nuevamente el tema de la vivienda al primer plano. Hace unos días se han producido diversas manifestaciones de jóvenes pidiendo una vivienda digna.
Desde mi experiencia personal creo que todo tiene su proceso. A veces, pretendemos quemar etapas muy rápidamente. Cuando se es joven parece que lo único que importa es el momento. Poco a poco, vas descubriendo que el momento sigue siendo sumamente importante, pero eres consciente de que a ese momento le siguen otros momentos que también querras que sean igual o más de importantes. Es entonces, cuando empiezas a ser consciente de que eres el dueño de tu destino, que eres tú y no los demás quien ha de formarse, prevenir, prepararse para así superar las posibles dificultades que en cada esquina te reserva la vida. Así que la primera lección es la de aprender a diferir compensaciones, marcarse objetivos y metas a corto, medio y largo plazo.
No voy a extenderme más por ese lado. Sólo decir que ese tema de la vivienda es uno más dentro del panorama de problematicas diversas a las que uno se va enfrentando a medida que se va haciendo más independiente. O quizás sí que sea algo diferente. Sobre todo si pensamos en lo que una vivienda cuesta y los esfuerzos que se presupone uno ha de hacer para poder comprarse una.
Y aquí es donde entra en juego la capacidad de cada uno para ser realista y práctico. Creo que en principio uno ha de ser capaz de diferir compensaciones que puede uno pensar que se merece como viajes, vacaciones, coche, juergas,... y empezar a ahorrar un dinero que te pueda permitir dar un primer paso para comprar tu propia vivienda. Si uno pretende vivir en pareja este paso puede ser más fácil y más rápido.
Pero, ¿por qué pienso que este paso puede ser tan decisivo de cara a la estabilidad económica de cada uno? Pues sencillamente porque de la misma manera que las distancias se miden en kilómetros, o la potencia de la luz en watios, el bienestar personal que se deriva de la posición económica de la gente de a pie se mide en m2 poseídos. Esto es así y no lo he decidido yo. Lo ha decidido hace tiempo el gobierno, éste de ahora y los anteriores desde hace ya ... Este país es un país de propietarios. La construcción es uno de los pilares de nuestra economía. Si no me creéis acercaros a un banco a pedir un préstamo, del tipo que sea. ¿Tiene nómina? ¿Posee alguna vivienda? Y no le vas a decir al uniformado de traje y corbata que tienes delante que tú hasta ahora has vivido la vida porque resulta que como son dos días y uno nos lo pasamos durmiendo pues que no pensabas que esas cosas fuesen importantes ... Porque y si mañana te cae una teja y te mueres, ¿qué?
Lo que decía que la economía doméstica se mide en m2 poseídos. Es lo que te desgrava en la declaración. Con un 15%. ¿Qué banco te da eso? Amortizas 4000 euros en diciembre y hacienda en junio te devuelve 2000. No es mal negocio. Y si el ritmo de revalocización de tu piso se mantiene ascendente y sin sobresaltos en 10 años valdrá el doble de lo que pagaste por él. El manueal de la declaración de la renta es el manual de economía doméstica que deberíamos usar. Nos evitaríamos muchas equivocaciones que cometemos con nuestros escasos ahorros. Aunque tampoco es necesario ponérselo uno en la mesilla de noche. Es que no tiene ningún misterio. Hay inversiones que están gratificadas y otras que están penalizadas. Simplemente es eso.
La clave está creo yo en encontrar aquello que se adapte a tus posibilidades. Cambiando incluso de lugar de residencia habitual. Todas las personas que conozco que han seguido este camino están ahora satisfechas y felices . Por el contrario, aquellos, que también conozco, que pensaron en el momento, se gastaron día a día su sueldo, se instalaron de alquiler, etc,... continuamente están quejándose de que no hay derecho, que...
Bueno no quería nada más que exponer mi idea así que ya me debo callar. Que creo que ya he escrito más que suficiente.
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